Una veintena de profesionales del Virgen del Rocío extirpan con éxito un cordoma tras 18 horas en quirófano

Publicada el: 2023-04-17 03:46 | Escrito por Úrsula Palmar Gómez

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La paciente se recupera en la planta de la unidad de Traumatología y Cirugía Ortopédica

Una veintena de profesionales del Virgen del Rocío ha extirpado un cordoma, un tipo raro de tumor que afecta a la columna vertebral, en una intervención de gran complejidad que ha durado 18 horas. La paciente, una sevillana de 47 años, aún permanece hospitalizada en la planta de la unidad de Traumatología y Cirugía Ortopédica, donde recibe cuidados por parte de su equipo de Enfermería y revisiones de los especialistas médicos que la intervinieron.

José María López Puerta, coordinador de la unidad de Cirugía de Columna Infantil y Adulto, ha dirigido al equipo multidisciplinar que realizó con éxito la técnica. Una operación de gran complejidad que implicó a muchas unidades del hospital y cuyo objetivo fue eliminar un tumor de siete kilogramos alojado en la cavidad abdominal de la paciente, y que afectaba a todo el recto, la vagina, pelvis y la médula en su parte más terminal.

La unidad de Cirugía de Columna Infantil y Adulto es CSUR (centro de referencia) en el tratamiento de sarcomas y cordomas. Se trata de un raro tumor que puede aparecer en los huesos de la columna vertebral o en el cráneo. Esta unidad se integra en el servicio de Cirugía Ortopédica, Traumatología y Reumatología que dirige el Dr. Pedro Cano, quien también intervino en la cirugía.

En total, participaron dos cirujanos plásticos, un cirujano general, un cirujano vascular y cuatro cirujanos de columna, además de dos anestesistas, tres turnos de enfermería (9 enfermeras) más los técnicos auxiliares en Cuidados de Enfermería. Fueron casi veinte personas que contaron con un gran soporte sanitario que sólo ofrece otros tres hospitales públicos de toda España (La Paz de Madrid, Hospital Puerta del Mar en Barcelona y el Hospital Doctor Peset de Valencia), según cuenta el doctor López Puerta.

Primero intervinieron los cirujanos plásticos que tallaron el injerto que cubriría toda la zona sobre la que se haría la resección. A continuación, un cirujano general abordó la zona abdominal e inutilizó toda la zona afectada por el cáncer.

posado

 

El tercer paso fue la cirugía propiamente del tumor en la que el cirujano vascular apartó las grandes arterias y vasos que lo nutrían. “Cuando tuvimos completamente aislado el tumor, desmontamos el sacro y la pelvis. Una vez quitado el tumor, reconectamos la columna con la pelvis a través de una serie de injertos procedentes del banco óseo de donantes”, añade López Puerta.

La operación tuvo momentos críticos en quirófano, ya que requirió de monitorización minuto a minuto y bolsas de sangre y plaquetas para compensar el sangrado de la paciente y su exposición a una cirugía tan larga.

Fernando de la Portilla, otro de los cirujanos que participó en la intervención, subraya que “lo más trascendente es el trabajo multidisciplinar en una cirugía tan excepcional como ésta. Es el valor máximo de este hospital, poder coordinarse tantos departamentos”.

La paciente sufría un cordoma que no respondía al tratamiento de quimioterapia ni de radioterapia. “La cirugía era la única opción para salvar su vida”, apostilla. De ahí que su caso fuera revisado por el Comité de Tumores, formado por oncólogos médicos, oncólogos radioterapéuticos, radiólogos, anatomopatólogos y cirujanos, quienes entre todos analizan los casos que llegan de toda Andalucía y establece el protocolo de tratamiento.

Carmen González y Maite Sousa, dos de las enfermeras que participaron en la operación, relatan que la última intervención de este tipo en la que participaron fue hace cinco años “pero no fue tan complejo». A ese paciente le tuvieron que quitar cuatro vértebras. El equipo del doctor López Puerta operó también a una mujer de un cordoma y el resultado fue también exitoso.

Los anestesistas Agustín Castro y José Muñoz Calvario fueron quienes mantuvieron a la paciente dormida durante 18 horas. “Esto fue un gran reto para los dos -dice el Dr. Castro-. Lo más difícil para los anestesistas es la reanimación, mantener las constantes vitales y hemodinámicas después de tanto sangrado”.

Tras la intervención, la paciente tuvo que ingresar en la UCI hasta que los especialistas en Medicina Intensiva lograron estabilizarla. Durante estos primeros días del posoperatorio, estos profesionales también demostraron una gran destreza, temple y experiencia, según destaca el Dr. López Puerta. “En definitiva, esta intervención, sin duda, no podría hacerse sin el esfuerzo de todo un hospital como el nuestro, en el que todos los profesionales trabajamos en equipo”.