Un estudio sobre la eficacia de los medicamentos conjugados en el tratamiento del sarcoma de Ewing demuestra por primera vez que son una opción prometedora para la medicina de precisión

Publicada el: 2018-12-10 01:02 | Escrito por Úrsula Palmar Gómez

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sarcoma Ewing.jpgUn equipo del Hospital Universitario Virgen del Rocío y del IBiS logran que el hallazgo se publique en la revista Clinical Cancer Research

Un estudio sobre la eficacia de los medicamentos conjugados en el tratamiento del sarcoma de Ewing, coordinado desde la Unidad de Gestión Clínica de Anatomía Patológica del Hospital Universitario Virgen del Rocío y el laboratorio de Patología Molecular de los sarcomas del IBiS, demuestra, por primera vez, que son una opción prometedora en el contexto de la medicina de precisión.

Los sarcomas en los niños y adolescentes, especialmente cuando son metastásicos, son un reto diagnóstico y terapéutico. Esto se cumple, por ejemplo, en el sarcoma de Ewing, una neoplasia maligna indiferenciada del tejido musculoesquelético.

Los conjugados anticuerpo-fármaco representan una estrategia terapéutica innovadora con un interés creciente en la clínica. En concreto, han trabajado con la Endoglina (CD105), un marcador de células madre mesenquimales que permite saber de antemano a qué pacientes beneficia este tratamiento al lograr una drástica reducción del tamaño del tumor.

Los investigadores, en concreto, han descrito que la endoglina se expresa de manera diferente según se trate de líneas celulares de sarcoma de Ewing, modelos de xenoinjertos derivados de pacientes y muestras de tumores. Por lo tanto, sirve como marcador predictivo de respuesta a los conjugados de fármacos anti-endoglina y representa un paso crucial en la selección de pacientes para esta terapia.

Los hallazgos del grupo de investigación sevillano dan una sólida justificación para que toda la comunidad médica y científica empiece a tener en cuenta los conjugados de anticuerpo anti-endoglina como aplicación exitosa de la medicina de precisión en el sarcoma de Ewing.

El estudio, dirigido por Dr. Enrique de Álava, ha sido publicado en la revista Clinical Cancer Research y ha supuesto una colaboración con el equipo del Dr. Joseph Ludwig, del M.D. Anderson Cancer Center de Houston, EEUU; con el Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona (Dres. Jaume Mora y Ángel M. Carcaboso); y con la empresa Oncomatryx, de Derio (Bizkaia), especializada en biomarcadores y en fármacos dirigidos contra diversos elementos del estroma de las neoplasias.

Uno de los tres centros europeos acreditados para investigar este tumor

Los sarcomas son tumores malignos que pueden aparecer tanto en tejidos blandos como en los huesos. Este cáncer es poco frecuente por lo que los profesionales aprovechan este tipo de eventos para incidir en su conocimiento. El Hospital Virgen del Rocío de Sevilla es uno de los 3 centros españoles acreditados para investigarlo dentro de la Red Europea de Referencia (ERN) de enfermedades raras.

Además, el hospital sevillano es Centro de Referencia Nacional CSUR para el tratamiento de los sarcomas y otros tumores musculoesqueléticos en adultos. Para ello, dispone de un Comité Multidisciplinar que integra a oncólogos médicos, traumatólogos, cirujanos oncológicos, oncólogos radioterápicos, anatomopatólogos, radiólogos, especialista en medicina nuclear, biólogos moleculares y profesionales de la Enfermería, liderados por el oncólogo Javier Martín Broto.

Y por otro lado, dispone de otra unidad de referencia nacional CSUR para el tratamiento multidisciplinar de los Sarcomas de la Infancia, coordinada por la oncóloga pediatra Catalina Márquez. Estos especialistas compaginan la actividad asistencial con la docente e investigadora, ya que la unidad participa en la actualidad en seis proyectos de investigación de carácter nacional e internacional sobre el sarcomas óseos y tres ensayos clínicos multicéntricos. El Hospital Virgen del Rocío es el centro con mayor número de pacientes registrado en el estudio actual de Osteosarcomas, con cinco menores incluidos (el 26% del total).

Este tipo de cáncer presenta baja frecuencia y complejidad radiológica e histopatológica, pero por las serias consecuencias que se originan por biopsias y tratamientos inadecuados, se debe tratar por profesionales con experiencia. El manejo clínico, que incluye pruebas diagnósticas, terapias adyuvantes, tratamiento quirúrgico y análisis de los especímenes resecados, debe ser llevado a cabo por un grupo multidisciplinar de profesionales con formación específica en este tipo de lesiones. De esta forma se puede conseguir mejorar la supervivencia en sarcomas, ya que la primera aproximación diagnóstica y terapéutica es fundamental para conseguir una mejor supervivencia.

Experiencia en el manejo de más de 70 neoplasias distintas

Con el nombre de sarcomas se incluyen toda una serie de 74 tipos de neoplasias que pueden ser malignas (sarcomas) o de malignidad intermedia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dentro de este último apartado se incluyen lesiones localmente agresivas o que raramente llegan a metástasis, y que se sitúan o bien en hueso (por ejemplo, quiste óseo aneurismático, tumor de células gigantes de hueso) o bien en partes blandas (dermatofibrosarcoma protuberans o fibromatosis tipo desmoide, entre ellas).

En general, implican un reto para patólogos, radiólogos, especialistas en medicina nuclear y para los clínicos (cirujanos y oncólogos): tienen que ser capaces de discriminar entre distintos tejidos que podrían tener distinto pronóstico y diferente aproximación terapéutica. Y confirmar diagnósticos de certeza en determinadas situaciones donde solo hay sospecha clínica, pero es crítico para un correcto tratamiento. 

Los sarcomas plantean también otros desafíos, como su ubicuidad, dado que pueden aparecer en cualquier localización anatómica. Por ello, los cirujanos expertos deben estar familiarizados con las diferentes localizaciones. Otro de los problemas clínicos que se plantean con más frecuencia de la deseable son las cirugías no planificadas (antes de diagnóstico apropiado) y que conllevan una mayor morbilidad (nuevas intervenciones, campo de irradiación más extenso, mayor riesgo de recidiva).