La patología de válvula aórtica y las cardiopatías congénitas del paciente adulto, entre los temas de mayor trascendencia para los cirujanos cardiacos españoles

Publicada el: 2012-06-18 12:00 | Escrito por Úrsula Palmar Gómez

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La patología de la válvula aórtica y las cardiopatías congénitas del paciente adulto constituyen en la actualidad dos de los temas de mayor trascendencia  para los cirujanos cardiacos españoles, según se ha concluido durante el XXI Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular celebrado en Sevilla. El presidente del comité organizador del encuentro y coordinador de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario Virgen del Rocío, José Miguel Borrego, así lo ha manifestado.
 
Se estima que el 3-4% de la población a partir de 70 años y el 7% de personas mayores de 80 años, tienen afectada la válvula aórtica, precisando cirugía la mayor parte de estos pacientes. En el Hospital Universitario Virgen del Rocío estas intervenciones suponen casi el 50% del total de la actividad quirúrgica sobre el corazón. La valvulopatía más frecuente, al igual que en Europa y en EEUU, es la estenosis aórtica (la válvula aórtica no se abre del todo, oponiendo resistencia al paso la sangre hacia el corazón).
 
La creciente importancia de este tipo de cirugía obedece, además de al envejecimiento de la población, a la gran evolución en el diagnóstico y tratamiento quirúrgico de las valvulopatías, en cuanto se diagnostica precozmente y se obtienen mejores resultados de supervivencia (situándose la mortalidad por debajo del 5%).
 
Entre los avances y retos de futuro que han debatido los especialistas reunidos en Sevilla se encuentra la aparición de nuevas técnicas percutáneas para pacientes de alto riesgo que hasta ahora no podían ser intervenidos mediante cirugía clásica. Recordar que la cirugía convencional para el tratamiento de las enfermedades de la válvula aórtica es la cirugía de sustitución o reparación, que se realiza a corazón parado con la ayuda de la denominada bomba de circulación extracorpórea.
 
Los adultos con patologías congénitas del corazón que fueron intervenidos con éxito cuando eran pequeños representan hoy otro de los grandes desafíos para los cirujanos cardiacos. «Aunque el abordaje quirúrgico en el niño con cardiopatía congénita es muy singular y radicalmente diferente del que precisa el paciente adulto, debemos conocer las singularidades de esta cirugía también, en cuanto la esperanza de vida de los pequeños que operamos entre 0 y 14 años sigue aumentando, pudiendo disfrutar de una edad adulta en la que a veces tenemos que operar de nuevo», expresa Borrego, que coordina a los cirujanos cardiacos del Hospital Universitario Virgen del Rocío dentro de la Unidad de Gestión Clínica Intercentros Área del Corazón.
 
En este sentido, la Unidad de Cardiopatías Congénitas del Adulto, creada en el centro sevillano a finales de 2006 gracias a la colaboración de cardiólogos, cirujanos cardiacos, hemodinamistas, electrofisiólogos, anestesistas, intensivistas, radiólogos y enfermería especializada, ha favorecido la continuidad asistencial de todos los pacientes pediátricos que alcanzan la mayoría de edad, tanto en el control médico de su enfermedad, como en las pruebas, procedimientos terapéuticos de mínima invasión y grandes cirugías que necesiten.
 
El ritmo actual de cirugía en pacientes con cardiopatía congénita ha permitido superar la cifra histórica de 200 casos anuales, con una proporción aproximada de 180 casos pediátricos y 20 de adultos. Los esfuerzos del los profesionales implicados han sido excepcionales, entendiendo que sólo desde el trabajo en equipo y con una filosofía de atención integral al paciente con cardiopatía congénita es posible conseguir los mejores resultados asistenciales para estos enfermos y sus familias.
 
La implicación de los equipos humanos ha ido de la mano de un programa organizativo que ha incluido el incremento de las jornadas quirúrgicas semanales y la optimización de las mismas, así como el establecimiento de un espacio colaborativo de trabajo entre cirujanos cardiacos pediátricos y cirujanos cardiacos de adultos. De esta forma, se comparte el conocimiento que poseen estos profesionales, algo que redunda positivamente en la atención que requiere el paciente con una cardiopatía congénita durante toda su vida.