La ministra de Sanidad clausura en Virgen del Rocío la Conferencia Nacional para la Atención al Paciente con Enfermedades Crónicas

Publicada el: 2011-01-21 12:00 | Escrito por Úrsula Palmar Gómez

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La ministra de Sanidad clausura la Conferencia Nacional para la Atención al Paciente Crónico

 

La ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Patín, ha clausurado hoy en el Hospital Universitario Virgen del Rocío la Conferencia Nacional para la Atención al Paciente con Enfermedades Crónicas, encuentro organizado por la Sociedad Española de Medicina Interna y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, en colaboración con el propio Ministerio y las consejerías de Salud de País Vasco, Comunidad Valenciana y Andalucía.
 
En la Unión Europea  el porcentaje de personas mayores de 65 años pasará de un 16,1 % en el año 2000 a un 27,5% en el 2050. España, junto a Italia y Japón, está a la cabeza en envejecimiento de la población a nivel mundial, estimándose que para dentro de 40 años cerca del 35% de la población española superará los 65 años. Conscientes de esta realidad, profesionales e instituciones sanitarias han impulsado este importante encuentro, en el que se han dado cita más de 250 expertos y en el que se han debatido las líneas estratégicas que deben seguirse frente a la cronicidad.
 
Para  el doctor Josep Basora, presidente de semFYC, la conferencia representa un auténtico hito por su carácter pionero. Nunca antes profesionales sanitarios y representantes de las administraciones sanitarias habían coincidido en una jornadas monográficas sobre crónicos. Y es que el reto sanitario que representa hoy la atención a estas enfermedades, supone, por un lado, actuar de forma proactiva sobre los factores que influyen en su aparición, y, por otro, tal y como reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS), subrayar la actitud activa que debería tener el paciente en todos los procesos relacionados con las enfermedades crónicas.

En palabras del doctor Javier García Alegría, presidente de la SEMI, la celebración de esta conferencia nacional constituye una alianza de los ciudadanos, profesionales y administraciones para la atención al paciente con enfermedades crónicas. Ahora es el momento de afrontar estos problemas y cambiar el paradigma asistencial actual con una prestación multifragmentada y una orientación exclusiva a enfermedades», subraya el doctor García Alegría.
 
Enfermedades crónicas en cifras

La Encuesta Nacional de Salud de 2006 ya evidenció una media de 2,8 problemas o enfermedades crónicas entre los 65 y 74 años de edad, alcanzando un promedio de 3,23 en los mayores de 75 años. Por tanto, el envejecimiento de la población y el aumento de la prevalencia de estas patologías en los últimos años demandan la necesidad de un cambio en los sistemas sanitarios.

«El aumento de la cronicidad y la pluripatología plantea grandes desafíos tanto a profesionales clínicos como a gestores y políticos. En España, el cambio de orientación es fundamental, ya que si no se da respuesta a estas necesidades podría estar en juego la sostenibilidad de nuestro sistema actual de salud. De tal manera, que el hecho de que un paciente padezca múltiples enfermedades crónicas justifica el protagonismo de los profesionales polivalentes, tanto en atención primaria como especializada, indica el doctor Manuel Ollero, director de la Unidad de Gestión Clínica de Atención Médica Integral y coordinador local de esta Conferencia.

Actualmente, las enfermedades crónicas son, además del principal motivo de muerte y discapacidad en el mundo, la primera causa de gasto sanitario en nuestro país, en concreto, suponen dos terceras partes del mismo, ya que los costes en los pacientes con más de una enfermedad crónica llegan a multiplicarse por seis. Una situación que supone un reto para los profesionales y para el sistema sanitario, que está diseñado para dar respuesta a los procesos agudos, aquellos que se diagnostican, se tratan y se curan en un breve periodo de tiempo. Las patologías crónicas, explica el doctor Domingo Orozco, también coordinador del encuentro, son enfermedades que duran 20, 30 ó 40 años y en las que el paciente requiere un importante nivel de información, que no es necesario en otro tipo de problemas de salud. Asimismo, en su atención se producen situaciones muy distintas que suponen un continuo reto para el profesional.

Paciente crónico, experto y responsable

Los médicos apelan a un sistema de atención basado en la prevención y en el autocuidado como eje fundamental del nuevo modelo sanitario, lo que implica devolver la responsabilidad a los ciudadanos en el cuidado de su salud, a través de su formación y educación. El paciente experto es un paciente crónico, que conoce y entiende su enfermedad, que se responsabiliza de su salud y que además quiere estar bien informado. Asimismo, tiene una actitud proactiva para poder adaptarse a los cambios necesarios para tener una mejor calidad de vida. A veces incluso se implica en promover esta actitud a otras personas con el mismo problema de salud. 

Declaración de Sevilla
 
El objetivo de este encuentro es, por un lado, elaborar un documento de consenso que recoja y desarrolle las líneas básicas de actuación a seguir en los próximos años y, por otro, firmar la Declaración de Sevilla para la Atención al Paciente con Enfermedades Crónicas, en la que se resuman las principales estrategias propuestas. Ambas iniciativas se dirigen a impulsar el desarrollo, en las distintas Comunidades Autónomas, de Planes Integrales para la Atención al Paciente con Enfermedades Crónicas en los que se promueva un sistema de atención basado en la integralidad, la continuidad de la atención y la intersectorialidad, reforzando el paradigma de un paciente informado y comprometido, que asume el protagonismo en el manejo de su enfermedad.
 
Los cambios necesarios se deberían centrar en seis líneas estratégicas. La primera atañe a los cambios en las actividades organizativas del sistema de salud, para lo que se precisa compromiso por parte de las autoridades para desarrollar un marco estratégico y un esquema de financiación que facilite un enfoque poblacional, con herramientas informáticas que permitan la segmentación de la población en función del riesgo, con un sistema de información para su evaluación y mejora, y la existencia de contratos-programa y del desarrollo de políticas socio-sanitarias e intersectoriales.

La segunda implica la potenciación de la salud comunitaria que permita definir estrategias en los planes de salud, alianzas entre los agentes de la Comunidad y facilitar el uso por los pacientes de recursos complementarios al sistema, como son los existentes en la comunidad.

La tercera supone cambios necesarios en el modelo asistencial. Esto implica una atención más centrada en el paciente, con una mayor definición de roles y competencias profesionales adecuadas a la cronicidad, la potenciación del trabajo en equipo  multidisciplinar, y una mayor integración y continuidad asistencial. Potenciar el seguimiento activo del paciente, utilizando las nuevas tecnologías para evitar las visitas ineficaces (España tiene la frecuentación en Atención Primaria más alta de Europa con 9 visitas/persona/año), favorecer la interacción entre pacientes y profesionales y promover la gestión clínica de la cronicidad, mediante un sistema de incentivos basado en indicadores clínicos.

La cuarta pasa por el apoyo al autocuidado. Lo que incluye iniciativas para facilitar la evaluación de la autocompetencia por el propio paciente, y por el cuidador cuando resulte necesario; potenciar la educación terapéutica desde enfermería; la activación psicosocial; el desarrollo de herramientas para facilitar el autocuidado; o impulsar la toma de decisiones compartidas entre profesionales y pacientes.

La quinta implica apoyar la toma de decisiones por los profesionales. Para ello se requieren estrategias que faciliten el uso en la práctica clínica de guías y protocolos compartidos entre los diferentes entornos asistenciales (Hospital, Atención Primaria); el desarrollo de iniciativas dirigidas a la evaluación y mejora de la competencia profesional; habilitar vías de comunicación fluidas para facilitar la consultoría entre profesionales en el ámbito clínico, pero también para resolver la problemática social y la aplicación de los valores de la bioética en la toma de decisiones clínicas.

La sexta conlleva potenciar y mejorar los sistemas de Información Clínica que permitan que la información sirva realmente para mejorar la práctica clínica. La integración de la información clínica del paciente en una historia clínica informatizada única, que sea compartida por todos los profesionales que atienden al paciente crónico y que facilite la comunicación entre profesionales, evitando la duplicidad de pruebas.

Tanto SEMI como semFYC consideran necesario reforzar el papel de los profesionales del primer ámbito asistencial (médicos de familia y personal de enfermería) y crear equipos multidisciplinares. En el ámbito médico, es clave la alianza de internistas en el hospital y de médicos de familia en Atención Primaria con el fin de favorecer el modelo asistencial integral que garantice la continuidad de la atención que esta nueva realidad demanda.

Plan Andaluz de Atención al Paciente con Enfermedades Crónicas
 
En estas líneas está trabando actualmente Andalucía. Según ha avanzado la consejera de Salud durante la inauguración de la Conferencia, también presidida por el consejero de Sanidad y Consumo del País Vasco, Javier Rafael Bengoa, y el consejero de Sanidad de Valencia, Manuel Cervera, el sistema sanitario público andaluz tendrá para el segundo semestre de este año un Plan Integral de Atención al Paciente con Enfermedades Crónicas que unifique las diversas actuaciones sanitarias que reciben en la actualidad estas personas en Andalucía. Dicha estrategia garantizará la continuidad asistencial y facilitará aún más el acceso de estos usuarios a los recursos disponibles.
 
La comunidad andaluza lleva ya varios años trabajando en la creación de programas que atiendan los distintos problemas de salud que padecen estos pacientes. En concreto, la Escuela de Pacientes de la Consejería de Salud ha formado a más de 5.000 andaluces con enfermedades crónicas en el manejo de su enfermedad desde que se creara esta iniciativa, en 2008. Además, todos los andaluces tienen desde este año acceso a su Historia Digital de Salud, una prestación que se inició en el año 2000 en Atención Primaria pero que en la actualidad se ha extendido su uso y permite la petición on line de analíticas, consultar imágenes diagnósticas entre diferentes niveles asistenciales y que los profesionales que trabajan en las puertas de Urgencias hospitalarias inserten los datos de la atención que han prestado en la historia del paciente, para que después puedan ser consultados por su médico de familia.

La receta electrónica es otra de las aplicaciones que permite Diraya, el soporte informático de la Historia Digital de Salud. Anualmente se registran cerca de 100 millones de prescripciones por esta vía, de las que el 76% van dirigidas a pacientes crónicos. Este porcentaje pone de manifiesto la utilidad de este sistema para este colectivo, ya que les evita tener que acudir al médico para renovar su tratamiento.

La implantación de Diraya, además, ha permitido que estos usuarios reduzcan en un 15% las visitas a su médico de familia y en un 10% al especialista. Además, su uso ayuda a la sostenibilidad del sistema sanitario público, según un estudio elaborado por la Comisión Europea en el que determina que cada euro que se invierte en esta tecnología revierte en 1,7 euros de beneficio.
Dentro del campo de las nuevas tecnologías, los pacientes crónicos también tienen a su disposición el servicio Salud Andalucía 24 horas en el que pueden consultar sus dudas. Este canal, operativo a través del 902 505 060 todos los días a cualquier hora, incluido festivos, resuelve más de 90.000 peticiones de información sanitaria de calidad al año.

Por otro lado, las personas cuidadoras de pacientes crónicos dependientes cuentan con el Plan de Apoyo a las Cuidadoras, una iniciativa que se enmarca en el Plan de Atención a las Familias Andaluzas. Salud tiene censadas 120.000 cuidadoras de una edad media de 60 años. En total, ha constatado que el 83% de las cuidadoras son mujeres con una relación de parentesco directa (el 38% son hijas y el 22% esposas).

Desde la perspectiva de los profesionales se puede añadir que casi todos los sanitarios del sistema sanitario público de Andalucía están organizados en Unidades de Gestión Clínica que promueve una atención integral del paciente. Este modelo se basa en un sistema en red que se aleja de la clásica organización vertical y jerárquica, en la que los diferentes niveles asistenciales (atención primaria y especializada, por ejemplo) no se coordinaban entre sí.

Salud, en esta nueva organización de trabajo, ha promovido la creación de un proceso asistencial integrado para la Atención al Paciente Pluripatológico y diversos planes integrales que aúnan los protocolos asistenciales que se recomiendan en el abordaje de algunas patologías crónicas como la diabetes, el cáncer, la enfermedad mental y las enfermedades cardíacas.
Asimismo, ha creado un Observatorio de Prácticas Innovadoras en el Manejo de Enfermedades Crónicas Complejas (Opimec). Se trata de una herramienta 2.0 de gestión del conocimiento que promueve el intercambio de información y esfuerzos entre personas y organizaciones de todo el mundo interesadas en optimizar la capacidad del sistema sanitario en el abordaje de estas patologías.

La pronta incorporación de todas estas actuaciones ha permitido que la administración andaluza garantice la asistencia a un cada vez mayor número de personas con enfermedades crónicas y con grandes necesidades de asistencia.

Así y a pesar del incremento de pacientes crónicos, el número total de urgencias que se atiende en Andalucía se ha mantenido estable desde 2005, e incluso ha registrado un descenso del 5% en el ámbito hospitalario. Las consultas de medicina de familia que se dispensan actualmente son las mismas que en el año 2000 (6,1 por habitante).

En cuanto a la tasa de ingreso y estancias, representa la mitad de la media del resto de países de la OCDE: 10.800 ingresos por 100.000 habitantes frente a los 22.000 de Alemania, o 28.000 de Francia y Austria, por ejemplo.