Alergología organiza un curso de botánica para que sanitarios adapten el tratamiento de la alergia a la flora del entorno

Publicada el: 2013-06-13 12:00 | Escrito por Úrsula Palmar Gómez

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Alergólogos del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla han organizado un curso de botánica en la Sierra de Cádiz para que los profesionales que desarrollan su labor en este campo conozcan in situ las especies propias de la región. Se trata de la quinta edición de unas jornadas, que cada año forma en botánica a una veintena de alergólogos y médicos internos residentes, fundamentalmente, para que conozcan la flora más relevante que pueden desencadenar síntomas alérgicos en la población de referencia del hospital.
 
Cada año, los profesionales de la Unidad de Gestión Clínica Intercentros de Alergología constatan un aumento de las alergias respiratorias en las consultas del Hospital de Valme y en el Virgen del Rocío. En concreto, los pacientes que reaccionan ante pólenes (con polinosis) representan una parte muy significativa del total de las personas que padecen una alergia respiratoria.
 
La sensibilización predominantemente es, en el 80% de los casos, a pólenes de olivo y gramíneas. Sin embargo, y debido a complejos procesos en el reconocimiento de las proteínas de estos pólenes, en más del 80% de casos se detecta que el paciente reacciona frente a pólenes que no se encuentran en la zona de influencia del hospital, por lo que su determinación en pruebas diagnósticas cutáneas o in vitro no aporta ningún beneficio diagnóstico o terapéutico.
 
En Sevilla, por ejemplo, no es necesario hacer la prueba de alergia frente al polen del abedul ya que esta especie aquí no existe, ha explicado el alergólogo del hospital y coordinador de las jornadas Stefan Cimbollek. De este modo, es fundamental conocer y reconocer la flora potencialmente alergénica del área en el que se desenvuelven los pacientes.
 
Durante el curso, también ha expuesto que la acumulación de gases como el dióxido de carbono posiblemente tenga dos efectos fundamentales sobre la biología de las plantas. El primero de ellos es indirecto, a través del calentamiento de la superficie terrestre que acarrea consecuencias sobre el clima, como la pluviosidad y las condiciones meteorológicas extremas. El segundo es un efecto directo del dióxido de carbono sobre el crecimiento y la fotosíntesis de las plantas. Ambos terminan por influir tanto en la biología de la flora como en la salud de las personas, incluyendo la aerobiología y las enfermedades alérgicas respiratorias, añade Cimbolleck.
 
De hecho, el cambio climático ha motivado cambios en la distribución de las plantas al observarse que migran a áreas nuevas ante la llegada de temperaturas más cálidas. Esto documenta la prolongación y adelanto de la polinización, lo que desencadena crisis alérgicas más tempranas, además de elevar la producción de polen y su agresividad.
 
Por último, los asistentes al encuentro han abordado las alergias a los hongos (popularmente conocida como alergia a la humedad) y cómo eventos metereológicos extremos, como las tormentas con aparato eléctrico, pueden desencadenar crisis asmáticas en la población, al liberar partículas alergénicas de menor tamaño.