Tu hijo puede presentar dolor en cualquier momento de la estancia en el Servicio de Urgencias u Hospitalización, ya sea causado por su enfermedad o por un procedimiento o intervención quirúrgica.
El dolor es una experiencia emocional desagradable. Es una prioridad aliviar el dolor y las consecuencias físicas y psíquicas que ello le produce a tu hijo.
NO DUDE EN COMUNICAR LA PRESENCIA DE DOLOR EN TU HIJO, POR FAVOR
Los niños mayores son capaces de verbalizar la sensación de dolor. Es más difícil en los niños pequeños que no pueden expresarlo. El dolor es además una experiencia subjetiva y cada niño puede notar un grado de dolor diferente para un mismo problema médico. Los padres y el personal sanitario pueden tener una percepción diferente del dolor que presenta el menor.
Si tu hijo tiene menos de tres años la enfermería determinará el grado de dolor mediante unas escalas que valoran su estado físico.
Si tiene entre 3-6 años utiliza la escala de la figuras. Presenta la escala a tu hijo y pregúntale que cara se parece más a la suya “por dolor” o por “pena por dolor”.
Si tiene más de 6 años utiliza la “escala” y pregúntale cuánto le duele del 0-10 o identificando el dolor con el tono.
Avisa al personal de enfermería para comunicar la presencia de dolor. En función del grado de dolor que se haya reflejado en la escala y del tipo de dolor que presente se le administrará el fármaco más adecuado y por la vía más adecuada. El personal sanitario valorará la respuesta al tratamiento administrado y comprobará si se ha conseguido el control del dolor.
En algunas ocasiones podemos aliviar el dolor sin fármacos: